Estudio Contable Buenos Aires

Una Empresa es como un hijo

La experiencia nos dice que gran parte del fracaso de las empresas argentinas se debe a la falta de responsabilidad de los operadores. En ocasiones se debe a la falta de conocimientos necesarios para la toma de decisiones, otras se debe a la falta de comprensión del significado de la empresa y muchas otras se deben a negligencia, pereza o falta de motivación.

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¿Qué deberíamos tener en cuenta?

Lo que todo el mundo debería plantearse antes de montar una empresa es que ese paso es muy similar al de tener un hijo. Comporta una serie de responsabilidades, de obligaciones (legales y morales) y de sacrificios que hay que tener en cuenta, porque el fin último de cualquier empresario, como el de cualquier padre, ha de ser el bien de su empresa.

Vida de una Empresa vs de un Hijo

Veámoslo de otra manera:

-Que cuando los jóvenes aquí en la universidad están pensando, ¿Qué vamos a hacer?; es como el enamoramiento.
-Cuando hacen el Plan de Negocios, es la concepción.
-El embarazo, cuando construyen la fábrica.
-Y cuando la inauguran, es el nacimiento.
-Después ya tienen un bebito. Dentro de los tres primeros años tienen que cuidarlo a diario, con el único objetivo de hacerlo crecer. Pero en México el 84% de todas las empresas nuevas, los tres primeros años los papás quieren que el “bebito” les ponga auto último modelo, que les ponga alfombra, aire acondicionado, muebles de caoba y una secretaria. ¡Pues quiebra!
-Después viene la adolescencia y después llegan a ser adultos. Es cuando las empresas visionarias empiezan a hacer reparto de utilidades a los socios.

¿Porque las empresas son como los Hijos?

Tampoco debemos tener la visión extrema de que los empresarios deben sacrificar sus vidas por los negocios. A diferencia de tener un bebé, ser propietario de una empresa es un proceso reversible y los empresarios pueden cerrar, transferir o vender a otros. Pero esto no significa que comprendamos la importancia del buen funcionamiento de la empresa.

Por eso debemos actuar de la forma más diligente en la gestión de la empresa, al igual que lo hacemos en todo lo que tenga que ver con el bienestar, la educación y el desarrollo de los niños.

Debemos ceñirnos a las normas marcadas por ambos para la empresa y el tercero, así como encomendamos algunos aspectos básicos al desarrollo físico, emocional o intelectual de los niños entre otros (médicos, profesores, etc.), debemos dejar entrar a los profesionales. Podemos asesorar y escuchar las áreas de actividades comerciales que no se pueden cubrir.

Resumen

Como los niños, las mejores armas para mantener un negocio son la paciencia y el sentido común. Sin embargo, no importa cuán grande o pequeña sea, siempre comienza con la responsabilidad de operar la empresa.